NAMASTE NEPAL, AYUDA HUMANITARIA
Viajar suele ser un placer. Sin embargo, a veces también te golpea con guiños inocentemente macabros como estos días. Escuchar y ver las noticias sobre la masacre del terremoto de Nepal es aun más espantoso si cabe tras haber estado allí. Ver a la gente dormir a la intemperie por temor a réplicas por esas mismas calles por las que has paseado y conocido gente produce una angustia aterradora. Se me mezclan en la mente y en el corazón estas imágenes con los recuerdos de la noche que llegué a este país asiático…
Venía aun saboreando la experiencia de serpentear unos días entre los rascacielos de luciérnagas de Hong Kong cuando el capitán del Airbus 330 de Dragonair anunciaba el descenso a Katmandú. Cerca de 6 millones de habitantes entre censados y no censados (…de ahí los problemas ahora para identificar a las víctimas…) dan forma a la capital de Nepal, región hindú de 28 millones de personas y guardián de los picos más altos del planeta. (…los mismos que ahora sepultan aventureros…) Un pueblo activo y culto que consiguió presionar a su monarca hasta conseguir que abdicara hace apenas 6 años y proclamara constitucionalmente una democracia. Podrida de corrupción, eso sí; 4 gobiernos en los primeros 3 años de libertad (… y uno de los inconvenientes ahora para distribuir la ayuda internacional)
Eso me contaba Basu mientras conducía su añejo Toyota de más de 20 años durante los días que estuve allí. Una experiencia que incluiría calles sin alumbrado público, coches de frente pitando, vacas cruzando, personas que se arriesgan entre el asfalto ante la ausencia del concepto acera, polvo, alguna chica de falda corta, numerosos controles de policía militar que dejan pasar al turista, sombras de magníficas estupas budistas, envolventes sonidos de claxon, avisperos constantes de motocicletas riéndose del invento del freno, ofrecimientos de marihuana y tabaco, mochileros multicolores, rezos hindús y budistas, hippies vanguardistas, botas de montaña… y, sobre todo, amabilidad y consideración con el extranjero.
Parte de eso se lo ha llevado por delante el terremoto, como también edificios de Katmandú, Bhaktapur, Pashupati y otros enclaves Patrimonio de la Humanidad (…construcciones milenarias que ahora sepultan cruelmente a quienes más las cuidaron…). La mente me lleva también al río sagrado Badmati y a las ceremonias fúnebres que allí se dan. Como la del cuerpo sin vida de una mujer de unos 50 años envuelta en túnicas de colores y con el rostro al descubierto a orillas del río. Recibiendo agua del Badmati de su familia y leche de vaca por parte de los encargados de la ceremonia. Para después, lanzar la túnica al río y cubrir el cuerpo con una sábana blanca. Unos metros más allá una pira de madera la esperaba para arder juntos. La familia lloraba detrás de la cortina de humo.
Hoy me pregunto ¿cómo estará Nepal llorando esta situación con más de 6.200 muertos y miles de afectados en este país donde la distancia entre la vida terrenal y la celestial es tan cercana? ¿Cómo harán para volver a sobreponerse a esta catástrofe ahora que ya comenzaban a caminar social y políticamente hacia la prosperidad? ¿Dónde volverán a construir sus casas y cuánto le durarán? ¿Dónde podrán dormir cuando llueva los que ahora se la juegan al aire libre? Y, detrás de cada interrogante surge el; ¿cómo puedo ayudar desde aquí?
Así que me he puesto en marcha. He contactado con el personal del hotelito donde me hospedé, Hotel Madap (www.hotelmandap.com ). Están todos bien aunque alguno ha perdido a un miembro lejano de la familia. Sin embargo sus pueblos están destrozados. Cuentan también que se sienten tan conmovidos de que antiguos huéspedes nos acordamos de ellos que están haciendo de puente para coordinar una ayuda para los afectados. Ayuda DIRECTA A LOS AFECTADOS, sin trámites gubernamentales ni administrativos.
Si quieres ayudar a Nepal pero no sabes cómo ayudar o no te convencen otras vías más burocráticas desde aquí te ofrecemos esta opción TRANSPARENTE y DIRECTA. Si quieres colaborar, puedes ponerte en contacto con nosotros y canalizamos juntos la ayuda. El día 15 de mayo enviaremos una única trasferencia con todas las donaciones, informaremos de todos los detalles a cada donante privadamente y comunicaremos qué se ha hecho con ese dinero.
Contáctanos a través de:
Telf: +34 951 76 78 77
Móvil y Whatsapp: +34 686 196 192
Mail: [email protected] (desde ahí te facilitamos el número de cuenta y te mantendremos al día)
¡¡ DHANYABAT !!
Juan Diego Salinas
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